COMO HACER QUE LOS SUEÑOS DESPEGUEN

Un deseo ardiente de ser y de hacer es el punto inicial desde el que el soñador debe lanzarse. Los sueños no están hechos de indiferencia, pereza, ni falta de ambición.

Recuerde que todos los que consiguen triunfar tienen un mal comienzo y pasan por muchas dificultades antes de “llegar”. El cambio en la vida de la gente de éxito suele surgir en el momento de alguna crisis, a través de la cual les es presentado su “otro yo”.

John Buynan escribió el Progreso del Peregrino, que se cuenta entre lo mejor de la literatura inglesa, después de haber estado confinado en prisión y haber sido duramente castigado a causa de sus ideas sobre la religión.

D. Henry descubrió el genio que dormía en su interior después de haber conocido graves infortunios, y estuvo encarcelado en Columbus, Ohio. Forzado a través de la desgracia a conocer a su “otro yo” y a usar su imaginación, descubrió que era gran autor en vez de un criminal despreciable.

Charles Dickens empezó pegando etiquetas en latas de betún. La tragedia de su primer amor penetró las profundidades de su alma para convertirlo en uno de los más grandiosos autores del mundo, esa tragedia produjo una sucesión de obras que hacen un mundo mejor.

Hellen Keller se quedó sorda, muda y ciega después de nacer pese a su terrible desgracia, ha escrito su nombre con letras indelebles en las páginas de la historia de los grandes. Toda su vida ha sido la demostración de que nadie esta derrotado mientras no acepte la derrota como una realidad.

Robert Burns era un campesino analfabeto, sufrió la maldición de la pobreza y creció para ser un borracho. El mundo fue mejor gracias a su vida, porque vistió de prendas hermosas sus pensamientos poéticos, y, por tanto, arrancó un espino para plantar un rosal en su lugar.

Beethoven era sordo y Milton ciego, pero sus nombres perdurarán en el tiempo porque soñaron y tradujeron sus sueños en ideas organizadas.

Hay una diferencia entre suspirar por algo y hallarse preparado para recibirlo. Nadie se encuentra listo para nada hasta que no crea que puede adquirirlo. El estado mental debe ser la convicción, y no la mera esperanza o anhelo. La mente abierta es esencial para creer. La cerrazón de ideas no inspira fe, ni coraje ni convicción.

Recuerde, no se requiere más esfuerzo para apuntar alto en la vida, para reclamar abundancia y prosperidad, del que hace falta para aceptar la miseria y la pobreza.

Fuente: Hill Napoleon – Piense y Hágase Rico



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